lunes, 23 de abril de 2012

Los Dictadores en América Latina

El derrotero histórico antes descrito sirve de cimiento para entender la naturalización de las  dictaduras militares en Latino América. El pacto colaborativo entre clase dominante y milicia ya era parte del orden institucional establecido, como se advierte en este párrafo de “La Modernización del Subdesarrollo: El Salvador, 1858-1931” de Bradford Burns: “Estos grupos lograron un acuerdo apropiado para excluir a los sectores rurales y a las clases trabajadoras urbanas. Dividieron de esa manera las tareas de gobierno después del 5 de diciembre en 1931. En lo sucesivo, los militares ejercerían el poder político, entre tanto los propietarios en alianza con banqueros simpatizantes, comerciantes exportadores y sectores de clase media urbana controlarían la economía, respetándose entre ellos. El general Martínez tuvo éxito para restablecer el orden oligárquico, sin embargo, no pudo devolver a la nación el estado de prosperidad anterior a 1931. El Salvador estaba entrando en una nueva fase de su historia.

Por otra parte, las diferencias sociales y la pauperización del trabajador decantaron en la  lucha de clases, la adopción de ideologías marxistas y posteriormente la lucha armada (revolución cubana, movimientos guerrilleros en Perú, Bolivia y Venezuela) del trabajador convertido en obrero,  contra una oligarquía convertida en Burguesía

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